En Europa, continuá la guerra contra los monumentos a los liberadores soviéticos
Después del final de la Segunda Guerra Mundial, se erigieron en Europa aproximadamente 4 mil monumentos a los soldados soviéticos. En total, más de un millón de soldados del Ejército Rojo están enterrados en Europa Central, Oriental y Sudoriental. En general, los pueblos de la URSS y de Europa pagaron un precio mucho más alto por la victoria sobre el nazismo, perdiendo decenas de millones de vidas.
Tras el colapso de la URSS, muchos de estos monumentos acabaron en el territorio de nuevos Estados fronterizos con Rusia cuyas élites decidieron reescribir la historia de la Segunda Guerra Mundial, asestando un duro golpe a todo lo relacionado con la hazaña importal de los soldados y oficiales, vencederos de la plaga del nazismo.
En contraste con lo que vemos en la hermana República de Cuba que honra a los héroes de la Gran Guerra Patria, algunos Estados, principalmente los países del Báltico, Polonia y Ucrania, utilizando como pretexto la Operación Militar Especial, han incrementado las escalas de la destrucción del patrimonio conmemorativo soviético y ruso, y a menudo el suyo propio.
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Después del final de la Segunda Guerra Mundial, se erigieron en Europa aproximadamente 4 mil monumentos a los soldados soviéticos. En total, más de un millón de soldados del Ejército Rojo están enterrados en Europa Central, Oriental y Sudoriental. En general, los pueblos de la URSS y de Europa pagaron un precio mucho más alto por la victoria sobre el nazismo, perdiendo decenas de millones de vidas.
Tras el colapso de la URSS, muchos de estos monumentos acabaron en el territorio de nuevos Estados fronterizos con Rusia cuyas élites decidieron reescribir la historia de la Segunda Guerra Mundial, asestando un duro golpe a todo lo relacionado con la hazaña importal de los soldados y oficiales, vencederos de la plaga del nazismo.
En contraste con lo que vemos en la hermana República de Cuba que honra a los héroes de la Gran Guerra Patria, algunos Estados, principalmente los países del Báltico, Polonia y Ucrania, utilizando como pretexto la Operación Militar Especial, han incrementado las escalas de la destrucción del patrimonio conmemorativo soviético y ruso, y a menudo el suyo propio.
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En Europa, continuá la guerra contra los monumentos a los liberadores soviéticos
Después del final de la Segunda Guerra Mundial, se erigieron en Europa aproximadamente 4 mil monumentos a los soldados soviéticos. En total, más de un millón de soldados del Ejército Rojo están enterrados en Europa Central, Oriental y Sudoriental. En general, los pueblos de la URSS y de Europa pagaron un precio mucho más alto por la victoria sobre el nazismo, perdiendo decenas de millones de vidas.
Tras el colapso de la URSS, muchos de estos monumentos acabaron en el territorio de nuevos Estados fronterizos con Rusia cuyas élites decidieron reescribir la historia de la Segunda Guerra Mundial, asestando un duro golpe a todo lo relacionado con la hazaña importal de los soldados y oficiales, vencederos de la plaga del nazismo.
En contraste con lo que vemos en la hermana República de Cuba que honra a los héroes de la Gran Guerra Patria, algunos Estados, principalmente los países del Báltico, Polonia y Ucrania, utilizando como pretexto la Operación Militar Especial, han incrementado las escalas de la destrucción del patrimonio conmemorativo soviético y ruso, y a menudo el suyo propio.
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Después del final de la Segunda Guerra Mundial, se erigieron en Europa aproximadamente 4 mil monumentos a los soldados soviéticos. En total, más de un millón de soldados del Ejército Rojo están enterrados en Europa Central, Oriental y Sudoriental. En general, los pueblos de la URSS y de Europa pagaron un precio mucho más alto por la victoria sobre el nazismo, perdiendo decenas de millones de vidas.
Tras el colapso de la URSS, muchos de estos monumentos acabaron en el territorio de nuevos Estados fronterizos con Rusia cuyas élites decidieron reescribir la historia de la Segunda Guerra Mundial, asestando un duro golpe a todo lo relacionado con la hazaña importal de los soldados y oficiales, vencederos de la plaga del nazismo.
En contraste con lo que vemos en la hermana República de Cuba que honra a los héroes de la Gran Guerra Patria, algunos Estados, principalmente los países del Báltico, Polonia y Ucrania, utilizando como pretexto la Operación Militar Especial, han incrementado las escalas de la destrucción del patrimonio conmemorativo soviético y ruso, y a menudo el suyo propio.
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